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EFECTO DIDEROT EN LA DECORACIÓN Y LA VIDA COTIDIANA

  • Foto del escritor: Gretah Cerón
    Gretah Cerón
  • 5 oct
  • 3 Min. de lectura

EFECTO DIDEROT EN LA DECORACIÓN Y LA VIDA COTIDIANA

¿Ya habías escuchado antes de este término?

¿Alguna vez compraste algo nuevo y, de pronto, todo lo demás dejó de gustarte? A eso se le llama "Efecto Diderot".

 

¿Qué es el efecto Diderot?


El Efecto Diderot es fascinante, se origina en el siglo XVIII, cuando Diderot (un filósofo francés) recibió una lujosa bata escarlata que cambió por completo la forma en que vería su casa. De pronto, todo lo demás parecía viejo, fuera de lugar… y empezó a reemplazarlo todo.


Este efecto describe un patrón psicológico que le pasa a muchas personas, los humanos por naturaleza siempre aspiramos a más. Es por eso que, cuando cambias algo viejo por algo nuevo, automáticamente tu cerebro va a percibir todo lo demás como “viejo” aunque la realidad no sea así.

 

¿Esto cómo afecta en la arquitectura?


Hoy lo vemos en hogares y oficinas: una silla nueva puede llevar a cambiar la mesa, cortinas y hasta repensar todo el espacio.


Como arquitecta, observo cómo este fenómeno afecta más allá de lo estético: afecta también nuestras finanzas y la manera en que sentimos y habitamos nuestros espacios.


La clave no es evitar el cambio, sino hacerlo con propósito. Cada compra debería responder a cómo queremos sentirnos en nuestro espacio, no a la presión de que “lo demás ya no encaja”.


Un objeto nuevo no debería hacernos sentir que todo lo demás ya no sirve. El verdadero diseño está en elegir con propósito, no en perseguir la perfección”.

La pregunta es: ¿elegimos desde un impulso o desde un propósito?


Un hogar diseñado con sentido nos ayuda a evitar esa espiral de insatisfacción y de gastos no planeados y con esto lograr ajustarnos al presupuesto inicial.

 

¿Por qué ocurre este efecto?


Lo cierto es, que si existe una respuesta a este cuestionamiento. Los psicólogos afirman que esto es una respuesta humana conectada con la neurología.


Como bien sabemos (y si no, aquí te lo explico) nuestro cerebro tiene mensajeros químicos que el cuerpo necesita para funcionar de manera adecuada. Su principal función es mandar señales específicas de célula en célula, y estas señales ayudan al sistema nervioso a controlar todo lo que piensas, sientes y haces.


Uno de estos neurotransmisores es la dopamina (encargada de controlar el movimiento, la motivación y por supuesto la sensación de placer y recompensa) y se dispara durante la búsqueda de algo nuevo provocando una sensación de euforia por la compra de nuevos objetos o la renovación de algún espacio. La novedad siempre va a provocar esto en nuestros cerebros. Pasa igual al momento de comprar ropa, aprender algo nuevo, cambiar de trabajo y la lista es infinita.


Así que, querer renovar tu casa es algo positivo y totalmente necesario, simplemente uno no debe permitirse caer en este bucle de compras incontrolables y compulsivas.


¿Cómo evitarlo?


Ahora que ya lo sabes y conoces este término, lo primero es detectarlo en ti mismo.

Si al momento de generar un cambio o de comprar algún objeto te cachas buscando por la red otros mil elementos más para cambiar o para adquirir pregúntate:

¿Esto de verdad lo necesito o no?

¿Será algo que tendrá un largo uso o es sólo un capricho momentáneo?

¿Mejora significativamente mi vida o me soluciona algún problema actual?


Si la respuesta es sí, espera una noche. Si a la mañana siguiente sigues pensando igual, entonces cómpralo o realiza el cambio, de lo contrario lo conveniente sería no hacerlo.


Y por supuesto como en muchos otros aspectos de la vida cotidiana, una vez que lo tengas claro, lo mejor que puedes hacer es tener un presupuesto base al que te apegues de principio a fin, seguramente si notas que necesitas algo más, pero se sale de tu presupuesto, puede ajustarse quitando algunas otras cosas, o siempre se puede ahorrar para hacerlo después. Este presupuesto debe estar siempre enfocado a la necesidad real y no a un impulso engañoso, y pensando en la funcionalidad del espacio.


Finalmente he aquí la importancia de tener un diseño que se ajuste a tu vida, tus gustos y necesidades, siempre respetando tu propio estilo y apegándonos en mantener el proyecto inicial sin dejarnos llevar por los impulsos o las decoraciones que vemos en la red o en revistas.


Tu hogar siempre irá evolucionando contigo, como humanos nos mantenemos en un cambio constante y nuestro hogar tiene que ir acorde a nuestra etapa actual, pero puede irse modificando poco a poco y de acuerdo con nuestras posibilidades del momento.


Al igual que no olvidar el aceptar la imperfección visual y el contraste que también tienen resultados benéficos para nuestro cerebro.


La clave no está en evitar el cambio, sino hacerlo con propósito.

 

¿Lo has experimentado en tu entorno laboral o personal?

¿Cuál fue la última compra que cambió la forma en que ves y vives tu espacio?

 

Gracias por leerme. ¡Qué tengas un maravilloso día!

 

 

 

 
 
 

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